Esta actividad o estado mental, inspirado en la meditación, tiene una amplia diversidad de ejercicios para lograr estar presente y atento en sintonía con el cuerpo y la mente. Se puede practicar dentro de la rutina diaria y contribuir así con el bienestar personal. Cómo practicar mindfulness en el día a día.
Todos los ejercicios de esta práctica tienen algo en común: su objetivo es que la persona esté en un estado de lo que se llama “atención plena”. Pero se han adaptado al perfil, edad y contexto del que lo practica.
En líneas generales, los instructores recomiendan practicarlo unos 20 o 25 minutos al día, pero cuando se está iniciando este entrenamiento reducirlo a 10 minutos.
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Práctica diaria del mindfulness: consejos y tips para llevarla a cabo
Así como se marca esta pauta de tiempo, también los especialistas dan otros consejos. Por un lado, elegir un lugar tranquilo y libre de ruidos. Puede ser en una habitación de la casa o en un lugar al aire libre donde se puedan evitar las interrupciones de la familia y las consultas laborales.
Tener las luces bajas o estar a la sombra, silenciar el celular, escapar un rato de los niños de la casa, procurar que no haya demasiado calor ni frío, son otras pautas para tener presentes.
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Luego, indican que hay que sentarse en el suelo, si la persona no tiene problemas para hacerlo, sino en un sillón, y adoptar una postura cómoda. Si se está en el suelo, lo mejor es tener debajo un mat de yoga o una manta o un almohadón. La ropa debe ser suelta y no apretar el cuerpo.
Por último, es recomendable quitarse los zapatos y mantener la espalda en un ángulo recto que facilite al máximo una buena respiración.
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Paso a paso de una práctica de mindfulness
El ejercicio básico para empezar consiste en concentrarse en la propia respiración durante 10 minutos. Inhalar y exhalar en forma profunda siendo consciente de las sensaciones en el cuerpo en cada respiración.
Una vez que se está inmerso en este ciclo, se puede crear una imagen relajante en la mente, que puede ser un paisaje que se recuerde, un concepto que traiga felicidad o bien objetos de todo tipo como flores, piedras o una imagen del mar, con las olas yendo y viniendo.
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La concentración en la respiración debe mantenerse. Los pensamientos pueden pasar, la mente piensa, siempre. No hay que sentirse mal por tener ideas en ese momento, sino tratar de observarlas y dejarlas pasar, fluir, volviendo a la respiración.
También, se puede pronunciar algún mantra, es decir, una palabra o frase que repetida de forma constante promueve un estado de relajación. En yoga y meditación, se usa la palabra Ohm. Pero también, pueden repetirse frases como “Estoy bien” o “Siempre en el presente, siempre aquí”.
También se recomienda que si en alguna jornada larga entre el trabajo, la casa y las obligaciones, no se puede hacer una práctica de este ejercicio, se aplique en momentos de la vida cotidiana.
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Por ejemplo, al despertarse, tomar unos minutos en la cama para preguntarse cómo se ha dormido, si se ha descansado bien, recordar con qué se soñó y qué se quiere hacer durante el día.
O bien, tomarse unos minutos antes de dormir para evaluar el día, respirar profundamente y prepararse para el descanso despejando los problemas y las sensaciones de estrés de la vida cotidiana.