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Murió Anouk Aimée, la actriz de Un hombre y una mujer y La Dolce Vita

La actriz francesa Anouk Aimée, conocida entre otras cosas por sus papeles en La dolce vita, de Federico Fellini, y Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch, murió este martes a los 92 años de edad. La hija de Aimée, Manuela Papatakis, confirmó su muerte en una publicación en Instagram.

“Con mi hija Galaad y mi nieta Mila, tenemos una gran tristeza al anunciar la partida de mi madre Anouk Aimée”, escribió. “Estuve a su lado cuando falleció esta mañana en su casa de París”, puede leerse en su cuenta de Instagram.

Descrita en una enciclopedia como una “presencia distante, pero seductora en la pantalla”, Aimée era frecuentemente descrita como “inteligente” y “enigmática”, lo que le daba a la actriz, según la periodista Sandy Flitterman-Lewis, “una aura de belleza inquietante y misteriosa que le ha valido el estatus de una de las cien estrellas más sexys de la historia del cine (en una encuesta de 1995 realizada por la revista Empire)”.

Nacida en la capital francesa en 1932 como Nicole Dreyfus, entró muy pronto en el mundo artístico al ser hija de actores, por lo que debutó a los 14 años en el cine en La maison sous la mer.

Anouk Aimée tuvo su primer gran papael en el cine en "La dolce vita", de Federico Fellini. Foto: AP/Sven KaestnerAnouk Aimée tuvo su primer gran papael en el cine en “La dolce vita”, de Federico Fellini. Foto: AP/Sven Kaestner

Muy pronto conoció a la pareja Marcel Carné y Jacques Prévert, director y guionista respectivamente de algunas de las películas más importantes del cine francés de antes y después de la Segunda Guerra Mundial.

Adoptó como nombre artístico Anouk, el de su primer personaje, y como apellido adoptó el de Aimée, que le había sugerido el respetado Prévert, también un artista y escritor surrealista amigo de figuras como Picasso o Miró.

Su carrera cinematográfica se vio propulsada por su papel de Magdalena en La dolce vita en 1960, aunque su consagración llegó seis años más tarde con Un hombre y una mujer (“Un homme et une femme”, junto a Jean -Louis Tringtinant) que le valió un Globo de Oro y hasta una nominación a los Oscar. Y perdería con Elizabeth Taylor, que lo ganó por ¿Quién teme a Virginia Woolf?.

Y no han sido históricamente muchas las intérpretes de una película extranjera que terminan con una nominación al Oscar. El director de la película, Claude Lelouch, también fue nominado (y ganó la Palma de Oro en Cannes) y Un hombre y una mujer ganó dos Oscar, al mejor guion original y el correspondiente a la mejor película en lengua extranjera.

Anouk Aimée y Jean-Louis Trintignant, protagonistas de "Un hombre y una mujer", de Claude Lelouch. Foto: AFPAnouk Aimée y Jean-Louis Trintignant, protagonistas de “Un hombre y una mujer”, de Claude Lelouch. Foto: AFP

La película, realizada con un presupuesto reducido, también fue un enorme éxito comercial. Aimée interpretó allí a una asistente de producción en el negocio del cine, que conoce a un piloto de carreras interpretado por Trintignant en una escuela donde cada uno tiene un hijo internado.

“Antes de conocer a Fellini, no sabía lo que era actuar. Él me enseñó lo más importante, a no tomarme en serio a mí misma”, confesó la actriz en 2003 en Los Angeles Times.

Tres papeles fundamentales

Anouk Aimée encarnó durante más de setenta años de carrera algunas de las mujeres más míticas del cine y supo mantener toda su vida los pies en la tierra.

Magdalena en La dolce vita (junto a Marcello Mastroianni y Anita Ekberg; Lola, protagonista del filme homónimo, la película más poética de Jacques Demy; y Anne Gauthier en uno de los romances más célebres del siglo XX, Un hombre y una mujer, de Lelouch -título icónico que ha homenajeado recientemente un anuncio de Chanel protagonizado nada menos que por Penélope Cruz y Brad Pitt-.

Tan sólo esas tres películas bastarían para justificar una trayectoria que empezó en 1947.

Trabajó en un total de 92 películas y títulos de televisión, entre los que también destacan 8½ (Ocho y medio, 1963), de Federico Fellini, o Salto en el vacío (1980), de Marco Bellocchio.

Su última aparición en el cine data de 2019, con Les plus belles années d’une vie (Los años más bellos de una vida), de Claude Lelouch, que se proyectó fuera de competición en el Festival de Cannes.

Una vida agitada

En 1951, Anouk Aimée se casó con el director Nikos Papatakis, que para seducirla le presentó a Pablo Picasso y a Jean Genet, quien escribió para ella el guion de Les rêves interdits, película que no pudo dirigir.

Se casó cuatro veces, la última con el actor británico Albert Finney, y tuvo algún que otro romance hollywoodiense, como con Omar Sharif y Warren Beatty.

Anouk Aimée y su cuarto marido, el actor Albert Finney, posando en plena boda. Foto: AFP Anouk Aimée y su cuarto marido, el actor Albert Finney, posando en plena boda. Foto: AFP

En Los Ángeles conoció a sus ídolos de infancia, como Groucho Marx, e incluso se atrevió a hacerle un desplante a John Wayne, negándose a saludarlo por sus opiniones políticas.

Aimée, que al casarse con Finney se instaló en Londres e hizo un parate para ser ama de casa, algo que ciertamente no duró mucho. Siempre vivió la fama con naturalidad, presumió de haber tenido mucha suerte, como cuando Demy se plantó ante los productores que no la querían para el papel de Lola. No era, decían, “suficientemente sexy”.

“Me protejo mucho -decía en 2014-. Las cosas siempre vinieron hacia mí. Ahora vienen menos, pero he luchado y he dejado que fluyan”.

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