La película Clara se pierde en el bosque, se estrena este jueves 4 de abril. Luego de ser presentada en los festivales de San Sebastián, Madrid, La Habana y Mar del Plata llega a las salas comerciales con una propuesta que da una nueva mirada a aquellos años en los que el incendio en el local Cromañón, en un recital de la banda de rock Callejeros el 30 de diciembre del 2004 se llevó 198 vidas y partió una generación para siempre.
Clara es una joven que comienza a transitar la mitad de su existencia , cuando en un viaje para conocer la familia de su novio, recibe una noticia inesperada de una amiga -Martina-, con la que atravesó una adolescencia llena de escenarios y rock.
En ese contexto, la protagonista empieza a repensar aquel pasado compartido, en el que mediante diferentes audios de whatsapp distintas voces en off, comienzan a reconstruir aquellos años de juventud, caos y amistad.
En el medio el futuro, el presente y el pasado de los protagonistas se comienzan a fundir y confundir. Con un bosque como escenario en el que perderse puede ser la única forma de encontrarse.
La directora Camila Fabbri y la protagonista Camila Peralta hablan sobre esta producción que retrata el punto y aparte de una generación y un país que tuvo que crecer de golpe y a los golpes.
Desde lejos si se ve
Además de dirigir, Camila Fabbri es la autora del guion de ésta, su ópera prima. Es, además, actriz y escritora. Entre sus obras más reconocidas está la novela de “no ficción” El día que apagaron la luz, en la que habla de los años del comienzo de su adolescencia y cómo el día anterior al incendio había ido a ver a la mítica banda del llamado rock barrial y ese episodio la marcó para siempre a ella y a todos los pibes de esa edad.
-¿Cómo nace la idea de la película? ¿Es una continuación de tu libro “El día que apagaron la luz”
Camila Fabbri: No. La película nació en principio por encargo de Diego Dubcovsky, el coproductor, que había empezado a trabajar con guiones de escritores y escritoras. Me propuso hacer algo tomando El día que apagaron la luz, pero yo no tenía ganas de hacer una adaptación de esa historia a una película, sino hacer algo nuevo.
El guion lo empecé a desarrollar en 2020. En principio, sola, y era un proyecto súper narrativo. Te diría más, lo veía como una novela porque eran dos historias en paralelo: por un lado el presente de Clara y por el otro su pasado que se iba vinculando en ese hoy a través de archivos.
Tuve que perfeccionar el guion porque no tenía un archivo de aquellos años (finales de los ’90, principios de los 2000) y lo empecé a construir, para presentarlo en el INCAA. Cuando salió el fondo 2021, ya tuvimos el ok para filmar y de hecho la película está financiada 100% por el INCAA
-¿Y a vos, como actriz, qué te pasó cuando encontraste la historia?
Camila Peralta: A mí me atravesó algo primero generacional. Sentía que podían ser audios que me mandaban mis amigos esas pequeñas anécdotas que yo leía en el libreto. Y también me interesaba la historia presente de esta chica. Ese vínculo con su pareja, la situación de estar yendo a un lugar en el que no se siente cómoda, un lugar que le pertenece a otros.
Creo que hay algo en lo que se está contando que tiene que ver con la historia de todos los que tenemos una edad parecida. Más allá de estar ahí o no estar ahí, sentimos la muerte desde otro lado. Era algo que nos pasaba a los adolescentes, a los que nos creíamos (casi por definición) inmortales. Y nos pasó. Y tuvimos que crecer con eso.
De hecho nuestra rutina cambió, yo soy de Balcarce y a un montón de kilómetros no podía ir a ver a mi banda preferida porque el local estaba clausurado. Quieras o no, te sientas identificado o no, ese episodio cambió la vida no sólo de los adolescentes, sino de los adultos, que sintieron que sus hijos pudieron haber estado allí, fue algo muy fuerte.
Fabbri: Fijate que nunca más se prendió una bengala en un recital. Hubo un respeto con eso ahí en más. Por eso digo que si se cree que esta película habla sólo de Cromañón es un error. Se habla de mucho más. Se habla de crecer, de vincularse con el pasado y el futuro; pero principalmente de una juventud que hizo lo que pudo en un contexto determinado.
La mirada del mundo
-¿Qué les pasó cuando vieron las reacciones de públicos como el de San Sebastián o La Habana, en los festivales?
Fabbri: Eso fue muy loco porque para mi es una historia tan nuestra, que pensaba que en otros lugares no la iban a entender, pero después ves que ellos agarran otras cosas, que también los identifican. Hay cosas universales como la adolescencia, la amistad, la maternidad que llegan a cada rincón.
Peralta: Eso es increíble, porque es una película tan argentina… Tan nuestra, de espacios y símbolos tan propios. Ojalá guste, porque es realmente hecha para un público bien argentino y con una mirada que nos identifica
-Ambas son contemporáneas a esos episodios. ¿Qué creen que sentirán las adolescentes que fueron si vieran esta película?
Peralta: Creo que me sentiría identificada. Y sería lindo verla con mis amigas de ese momento, con las que compartía mis días y mis gustos musicales.
Fabbri: Es muy loco pensar en qué sentiría la chica de 15 años, porque para hacerla tuve la oportunidad de juntarme con los cantantes de El Bordo y de Los Gardelitos. Incluso con Pity Álvarez. Con personas que admiro mucho y que en esos años me hubiesen parecido un sueño. Un poco me sentía una niña en una juguetería y eso es bastante encantador.
-¿Por qué la decisión de darle el lugar que le das a “Pity” Álvarez, que tiene varias canciones e imágenes? El lugar común diría que ese eje debería ser Pato Fontanet (ex líder de Callejeros).
Fabbri: Había dos bandas que quería rescatar: Los Gardelitos e Intoxicados, porque para mi son dos grupos emblemáticos de la época. Pero Pity es de los artistas de ese momento que más se reinventó. Hablo como músico, más allá de su historia personal.
En ese sentido a mi me sigue dando mucho placer escucharlo. Me parece que tenía que ser él el que represente esos años. Me parecía que Fontanet era una imagen mucho más pesada.
Un bosque para perderse y para encontrarse
-Ese bosque en el que transcurren los hechos y en el que parece que están casi todos incómodos sirve para perderse, ¿pero también para encontrarse con su destino?
Peralta: Si, es como que a ella (Clara) se le está pintando una especie de cápsula del tiempo donde se encuentra con su presente, su pasado y su futuro. Todo junto y mezclado. Es como un espacio temporal distinto en el que pasa todo a la vez y es un montón enfrentarse con todo eso para una persona.
-Desde la dirección, me imagino que tenés bien en claro qué querés contar y cómo, pero a la vez, aparecen cosas cuando vas llevándolo a cabo. Casi como Clara en su andar por el bosque para encontrar otras salidas.
Fabbri: Sí, obviamente que por un lado está la película que hacés cuando escribís, la que hacés cuando rodás, y por otro la que hacés en montaje. Te diría que son hasta tres reescrituras distintas.
-El recurso del audio y de la mirada de cada una de esas voces en off que van contando sus recuerdos es algo muy fuerte y se nota tu formación como escritora. ¿Hay cosas que son más claras contarlas en narrativa que incluso en imágenes?
Fabbri: Sí, está claro. Creo que ese recurso es algo que te puede gustar , o no. Porque es algo que divide un poco aguas, pero es una película muy literaria. Es una historia que dirige alguien que escribe y no viene necesariamente del palo del cine y del trabajo con los planos y de esa estética. Elijo algo que esté más enfocado en la tridimensionalidad que tengan los personajes, que se vean lo más reales posibles y que en la palabra se construya esa profundidad.
-En línea a lo que decís, con los años se vio que Cromañón (para ponerle un anclaje a la historia, aunque no habla solamente de eso), se contó siempre de un mismo lado. De Omar Chabán (el dueño del local), de la bengala, de la culpa de Callejeros, y quizá faltó hablar de qué le pasaba esas vidas y de tomarlo desde un lado más poético y literario. ¿Esta película viene a subsanar eso?
Fabbri: Puede ser. Recuerdo cuando en 2019 saqué El día que apagaron la luz, había como una situación de prensa muy interesante, pero que era en realidad un morbo muy grande, porque querían que cuente qué me acordaba de esa noche, cuantos conocí que murieron, y demás. Y era como que no nos dejaban salir de adentro de Cromañón.
Por mucho tiempo el periodismo se empeñaba en mostrar el momento en el que se prende fuego y poco se habló de los chicos, de los sobrevivientes, de lo que les pasaba a ellos, de cómo eran sus vidas, de los que no estuvieron esa noche, pero tuvieron un adolescencia compartida. Entonces quizá la idea era echar luz sobre algo más grande que Cromañón.
Esta es una película sobre la adolescencia, sobre la amistad, sobre crecer en esos años un poco partido. Porque si a vos te pasa algo así, a los 15 años probablemente crezcas un poco con miedo, pero más allá de eso, ellas no hablan (Clara y Martina) de esa noche y lo que vieron. Hay una cosa un poco lateral en algún momento, pero es algo más universal, me parece.
-Y en el medio, esa juventud estaba saliendo de la crisis del 2001.
Fabbri: Sí claro, es que también siento que cuando un país se cae a pedazos pasan estas cosas. Es algo que lamentablemente estoy viendo mucho ahora. Cuando un país vive una crisis como el nuestro, está todo dado para que ocurran determinadas cosas. No es sólo la inflación, hay un nivel de descuido social, un desprecio por la vida, que no es casual. Estamos totalmente abandonados.
Peralta: Y también cuando en tu hogar tus padres no saben cómo sostenerlo, como llevar la comida a tu casa, ¿quién está pensando dónde están esos pibes que se van de la casa y se juntan con otros?
-Cuando aparecen los primeros flashes informativos contando la noticia, la noche del 30 de diciembre, hablaban del Reventón bailable, que era un boliche de cumbia que había existido en ese lugar antes de Cromañón. Hablaban de un lugar que ya no estaba. Eso te da la pauta de que nadie sabía bien dónde estaban los pibes.
Peralta: Recuerdo perfecto que hablaban de un lugar que no existía más. Creo que el país estaba mirando para otro lado y también que es muy solitaria esa vida de jóvenes en el medio del caos. Cuando tus viejos están pensando en cómo darte de comer, no pueden saber del todo donde estás Ahí creo que está el rol de la amistad. Digo, estábamos nosotros para cuidarnos en una ciudad que era un peligro.
Por eso te decía que es una película super argentina, en saber qué pasaba en el país en esos años, cómo era el fenómeno del rock, esa identificación, esa amor por tu banda, por tu tribu. Y eso se va a sentir mucho más en el público argentino, estamos bastante ansiosas para ver esa reacción.
-¿Qué les gustaría que se lleven los que vean la película?
Fabbri: Me gustaría que encuentren una empatía, o una conexión directa con la juventud de esos años. Me gustaría poder llegar a esos lugares más íntimos que tienen que ver con eso, con el pasado, en los que se encuentra cada uno.
Peralta: A mi me gustan mucho las pelis que tocan un lugar en el que yo no me doy cuenta y me están hablando de la vida. Me gusta que pase eso. Esas son las películas que me emocionan y que yo quiero comentar
“Lo que me parece que queremos es que se valore aquellos jóvenes que tuvieron que crecer en ese contexto tan particular. Con sus opiniones, con sus miedos, con sus luchas. Esta no es una biopic de Cromañón (que obvio es parte de la peli) pero es una herramienta para reivindicar un montón de historias”, cierra la directora.
Ambas sonríen. Las Camilas sonríen y sus silencios dicen tanto como los silencios que habitan el filme. Para ellas, este presente parece curar un poco el pasado en clave de arte. Porque pase lo que pase, el flequillo, el rock y la amistad no nos abandonan tan fácil.