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Brad Pitt y Angelina Jolie: a 20 años del romance más zonzo, mediático y obsceno en la historia de Hollywood

Levantarse, vestirse, mirarse al espejito espejito, hacer gimnasia, lucir como sex symbol, actuar, comer, defecar, desvestirse, acostarse. Así era un día en la vida de Brad Pitt. ¿Y Angelina? ¿Qué decir de Angelina Jolie? En la rueda del mundo que la rodeaba, se sentía una mujer disconforme hasta que tuvo la feliz idea de consagrarse a una causa noble: engancharse con el galán de moda. ¡Marche un Ken para esa Barbie de labios de churrasco! Las piezas encajaron.

Si fuimos criados para celebrar la sociedad de consumo, la llamada belleza hegemónica es uno de sus activos principales. Ni más ni menos que eso fueron Brad y Angelina.

¿Estamos todos de acuerdo que es la pareja más zonza y obscena de la historia de Hollywood? En todo caso queda mejor decir que no se trató de una pareja demasiado caracterizada por el apego a lo real: ricos, bellos, multimillonarios, famosos, solidarios. Neptuno nos queda más cerca.

Se conocieron en una película mediocre, Sr. y Sra. Smith (Mr. and Mrs. Smith). Los unió un set donde se vieron cada día durante tres meses. La historia habla de una inevitable atracción y demuestra lo lacio y rudimentario del ser humano. Lindas con lindos. Discurso único, totalitarismo estético, bajada de línea desde las más altas esferas de la industria del Espectáculo.

¿Y eso de la “diversidad”, che? No, eso lo dejamos para la tribuna de actores latinos, negros, homosexuales, indígenas y asiáticos.

La belleza puede ser violenta y ofensiva. Brad y Angelina enseñaron eso. Verlos a los dos posando juntos en una vieja foto de alfombra roja, duele. Equivale a comprender la desigualdad total de ciertos ingresos.

"Sr. y Sra. Smith", la película n la que se conocieron y enamoraron Brad Pitt y Angelina Jolie. Foto: EFE“Sr. y Sra. Smith”, la película n la que se conocieron y enamoraron Brad Pitt y Angelina Jolie. Foto: EFE

Como las otras, pero mejor

En 2004, cerca de cumplir los 30, Angelina era la perfección hecha mujer. A eso había que sumar una rebeldía de manual que la volvía vulnerable, transformándola en indudable fantasía sexual. Decía Val Kilmer: “Es como otras mujeres, pero mejor en todo sentido: más linda, más sabia, más trágica”.

Se la trataba como una suerte de Madonna posmoderna. Los productores de Sr. y Sra. Smith patearon de puntín al medio y contrataron a los dos. Nada podía salir mal. Más o menos como Campanella fichando a Darín y Francella para El secreto de sus ojos.

Sr. y Sra. Smith no fue una película, sino el marco ideal para un romance de época.

En aquellos días, el epidérmico Brad Pitt estaba casado con Jennifer Aniston, otra belleza irrefutable, de estilo hegemónico y dictatorial. Angelina ya se había separado de un actor genial y de perfil bajo llamado Billy Bob Thorton.

Jennifer sospechaba algo: “Había detalles, situaciones un poco inapropiadas, como que Brad estaba desesperado por ir a trabajar…”. Lo contó en una entrevista cuando fue consultada sobre infidelidades y monogamias perdidas.

Una playa exótica. Kenia. Se publicaron las primeras fotos del explosivo romance entre Pitt y Jolie tres meses después de que el actor hiciera pública su separación de la figura de Friends. Se conocieron hace 20 años. Se casaron hace diez, en 2014. Se separaron en 2016.

Espléndidos. Así lucían Angelina y Brad Pitt, a un año de casados, en 2015. Foto: Charles Sykes/Invision/APEspléndidos. Así lucían Angelina y Brad Pitt, a un año de casados, en 2015. Foto: Charles Sykes/Invision/AP

Vida u obra

Ponemos FF y ahora Angelina Jolie y Brad Pitt comparten una mesa tipo los Benvenuto, con seis hijos, propios y adoptados, que crecerán y tendrán sus intereses definidos. De a una en fondo, Maddox, Pax, Zahara, Shiloh, Knox y Vivienne Jolie-Pitt.

El mes pasado, Shiloh, la primera hija biológica de Brad y Angelina, se quitó el apellido Pitt de su nombre legal. Y no fue la única: otros dos hermanos hicieron lo mismo que Shiloh, de 18 años. Zahara, la mayor de las herederas del actor, se presentó como Zahara Marley Jolie en una ceremonia escolar. Y a la menor, Vivienne, ojo con decirle Pitt porque te retira el saludo. “Vivienne Jolie”. Así se lee en los créditos del musical de Broadway The Outsiders, que la adolescente de 15 años coprodujo con su madre.

Brad es un ovillo de tristeza sin fin. “Está devastado por esta decisión”, contó una fuente cercana a la revista Us Weekly. “Para él, más que un cambio de nombre, esto es símbolo de un distanciamiento que se fue gestando con sus hijos durante los últimos años”.

Pero nos importa el hecho de dos personas que habían decidido unirse para humillar a toda la humanidad. Existe belleza en cuadros, en la música, en libros. En seres humanos. No cualquiera impacta desde la forma. La belleza represente una de las únicas verdades inapelables. Esto funciona como sentencia trasversal y le cabe a un Arthur Miller (Marilyn Monroe) o a Carlos Monzón (Susana Giménez).

Comprender esto puede que genere cierto desagrado: los lindos se atraen mutuamente como si fueran miembros de una casta de gente agraciada. Casi de raza superior, ¿no? Hasta una publicidad de la Selección es más sofisticada.

Había una palabra no dicha cuando se conoció el simbiótico “Brangelina”. El término significó la constatación de lo perfecto. La unión hace la fuerza.

Angelina Jolie, con sus hijos Maddox, Pax Thien, Vivienne, Knox Leon y Shiloh. Tres de ellos se sacaron el apellido Pitt. Foto: AFP Angelina Jolie, con sus hijos Maddox, Pax Thien, Vivienne, Knox Leon y Shiloh. Tres de ellos se sacaron el apellido Pitt. Foto: AFP

Angelina hizo películas pasables y aunque podrá decirse que ya tiene su Oscar, la reconocemos mejor por esa boca que ha sabido marcar tendencia en la industria cosmética. Gracias a Tarantino, Pitt alcanzó un cierto prestigio por encima de su cara bonita. “Supo rodearse muy bien”, dijeron sus allegados.

En Había una vez… en Hollywood, Tarantino hace un chiste interno con el tema de la belleza, en este caso alrededor de Margot Robbie. El magnífico director fue el único que vio a Sharon Tate (Robbie) como una chica Olmedo y no como la presunta “musa inspiradora” de Roman Polanski.

Tate era la rubia tarada. La minitah de un director de moda. Tan intrascendente para Tarantino que, en una de sus acostumbradas justicias fílmicas, decide dejarla viva tras la masacre de Charles Manson.

Y los más lindos también son los más caros. Esa es otra realidad inapelable: a la Gioconda la venimos mirando hace siglos y hasta ahora nadie la estudió como símbolo de mujer cosificada. La heredera del trono de Angelina, justamente Margot Robbie, viene liderando un ranking de actrices mejores pagas del mundo, según datos de la revista Forbes. Hay almas culposas que no dudan en añadirle una cuota de talento a su encanto de fábrica. Los más escépticos, en cambio, opinan que la belleza no hace a la felicidad… ¡pero cómo ayuda!

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